Puede que pese a que vuestra boda haya salido fenomenal y os hayan encantado las fotos, echéis algo de menos. Quizá os quedaron cosas por hacer, os apetece vestiros de novios con un aspecto más cotidiano, o el clima no permitió disfrutar todo lo que merecía la ocasión.
En ese caso sacad el traje de novio y el vestido de novia de donde estén ya están guardados y vayamos a hacer un reportaje de postboda. Los motivos no son pocos, y a nivel creativo las posibilidades son inmensas.
Ahora que habéis perdido la vergüenza, seguro que apetece ponerse así de guapos otra vez delante de la cámara. Y ahora tenéis todo el tiempo del mundo para hacer el reportaje que queráis. Sólo para vosotros dos. Los nervios del día de la boda quedaron atrás, nadie os espera para comer y ya no hay nada que pueda salir mal. Relajaos y disfrutad.
En general disfrutamos muchísimo con una sesión postboda. Estáis más tranquilos y ya hemos creado gran complicidad por ambas partes. Podemos fotografiaros en el lugar donde os conocisteis, en el campo, en la playa, en unas ruinas o comiendo hamburguesas.
Podéis usar complementos divertidos, calzaros las zapatillas, la chupa de cuero,… el contraste con la ropa de novios será espectacular.
Si sois atrevidos y para descargar adrenalina, podemos acabar con el cada vez más extendido (aunque no tanto como nos gustaría) Trash the Dress. Salta, baila, moja tu vestido de novia, ensúcialo, rómpelo… todo sea por tener la foto más molona de tu grupo de amigos. Y el novio, si se quedó con las ganas de partirse la camisa como decía la canción, ¡adelante!
Lo importante es que disfrutéis ya que eso quedará plasmado en las fotos.